

La disfunción eréctil (DE), también conocida como impotencia, afecta a unos 30 millones de hombres en EE.UU. Se caracteriza por la dificultad para conseguir y mantener una erección lo suficientemente firme como para mantener relaciones sexuales.
Existen dos tipos de disfunción eréctil: Primaria y secundaria.
La disfunción eréctil primaria se produce cuando un hombre nunca ha sido capaz de lograr o mantener una erección, mientras que la disfunción eréctil secundaria se adquiere más tarde en la vida de un hombre que anteriormente era capaz de lograr erecciones.
La impotencia psicógena es un tipo de disfunción eréctil causada por factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, la culpa, la depresión o los conflictos en torno a diversas cuestiones sexuales. Este tipo de disfunción eréctil afecta hasta a 20 millones de hombres en Estados Unidos. La disfunción eréctil puede ser un tema embarazoso de tratar, pero comprender las causas profundas y abordarlas es crucial para el éxito del tratamiento.
La impotencia orgánica, la más común de las dos categorías de disfunción eréctil, está causada por problemas físicos. En algunos casos, factores físicos como la diabetes, las enfermedades renales y las enfermedades vasculares son los culpables de la disfunción eréctil. Entre el 35% y el 75% de los hombres diabéticos padecerán disfunción eréctil en algún momento de su vida. La disfunción eréctil también puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en hombres mayores de 75 años.
Además de estas causas primarias, existen otros tipos de disfunción sexual masculina que pueden afectar al rendimiento sexual de un hombre, como la eyaculación precoz (llegar al orgasmo demasiado rápido), la eyaculación retardada o inhibida (llegar al orgasmo demasiado despacio o no llegar en absoluto). Al conocer los distintos tipos de disfunción eréctil y sus causas, los hombres pueden buscar el tratamiento adecuado para mejorar su salud sexual y su bienestar.