

La disfunción eréctil (DE) es un problema frecuente que afecta a los hombres y se caracteriza por la incapacidad de lograr o mantener una erección suficiente para la actividad sexual.
Hay varios factores que contribuyen a la disfunción eréctil, tanto físicos como psicológicos.
Las erecciones son un proceso complejo que implica una secuencia precisa de acontecimientos. Los nervios desempeñan un papel crucial en este proceso, ya que los impulsos enviados al pene estimulan el flujo sanguíneo y dan lugar a la erección. Aquí es donde el nervio dorsal del pene, también conocido como nervio pudendo, desempeña un papel importante, siendo responsable de las erecciones reflejas. Por lo tanto, cualquier daño en este nervio puede provocar disfunción eréctil.
El daño nervioso puede deberse a diversas causas, como lesiones, afecciones médicas e incluso intervenciones quirúrgicas. Los efectos pueden variar, y una de las posibles consecuencias es la disfunción eréctil. Cuando los nervios que son vitales para enviar impulsos al pene resultan dañados, puede verse afectada la capacidad de lograr una erección.
Existen varios trastornos médicos que causan daños en los nervios, lo que puede provocar disfunción eréctil. Entre ellas se incluyen la diabetes, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, las lesiones de la médula espinal y determinadas intervenciones quirúrgicas pélvicas. Por ejemplo, estudios recientes han observado que la lesión del nervio cavernoso (LNC) durante la cirugía del cáncer de próstata puede provocar disfunción eréctil inducida médicamente.
Los daños en los nervios pueden interferir en la vía que envía las señales sexuales, dificultando o incluso imposibilitando su transmisión. En particular, el nervio pudendo es crucial en las funciones sensoriales sexuales, y cualquier daño en este nervio puede causar disfunción sexual. Esto puede manifestarse como disfunción eréctil en los hombres.
Las lesiones nerviosas también pueden afectar al flujo sanguíneo del pene, que es esencial para lograr una erección. Una lesión en la médula espinal que provoque un pinzamiento nervioso, por ejemplo, podría impedir el flujo sanguíneo necesario y causar disfunción eréctil.
Además de la disfunción eréctil, el daño nervioso puede causar otros síntomas como incontinencia urinaria o dificultad para orinar. Estos síntomas pueden estar presentes dependiendo de la naturaleza del daño nervioso.
Identificar la causa subyacente de la disfunción eréctil es crucial para tratarla con eficacia. Comprender si el daño nervioso está causando la disfunción eréctil y, en caso afirmativo, qué tipo de daño nervioso, puede orientar las decisiones de tratamiento.
El tratamiento de la disfunción eréctil causada por lesiones nerviosas suele implicar el tratamiento de la enfermedad subyacente. Muchos casos de disfunción eréctil neurológica pueden tratarse con medicación. Los medicamentos comunes para la disfunción eréctil, como el sildenafilo (el principio activo de Viagra®), el tadalafilo (Cialis®) y otros, se recetan a menudo a hombres con disfunción eréctil causada por esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y otras afecciones. Además de la medicación, las modificaciones del estilo de vida y el apoyo psicológico pueden ser beneficiosos para tratar la disfunción eréctil.